Calle Alejandro Collantes, 95 Sevilla
Bar de barrio de
los de antes, sin lujos, barra de madera, sitio con solera, carta tradicional,
las cuentas con tiza en la barra como antiguamente, cerveza en vaso fino de
caña bien tira y aceptable frio, espuma abundante.
Se agradece el
mismo personal desde siempre, agradables y atentos, de los que te ven incluso
cuando estas tercero en la cola, Paco el dueño de semblante serio siempre con
el máximo agrado, dentro pequeño saloncito con aire acondicionado, fuera tres
cuatro mesas, es recomendable llegar prontito porque casi siempre está lleno,
cierra en festivos y domingos, tapas que parecen medias raciones y medias
raciones que parecen raciones, precio de los más económicos de Sevilla pero
todo muy rico, merece la pena probar las costillas plancha , barbo en adobo,
pollo frito, pescaos fritos y todas sus variedades de tapas, en temporada
magníficos y reconocidos caracoles.
Muy recomendable
para ir temprano y con hambre.
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